La vida es posible sin corrupción sistémica; para ello, se requiere reducir la desigualdad social, mayor nivel de educación, estado de bienestar (seguro social, seguridad pública y educación gratuita y de buena calidad a todos los niveles) y un poder judicial independiente, con una fuerte autorregulación, consideró el sociólogo español Manuel Castells Oliván.
Al presentar en exclusiva para la UNAM un avance de lo que será su libro La nueva América Latina, el reconocido catedrático de la Universitat Oberta de Catalunya y la Universidad del Sur de California, destacó que prueba de que es posible vivir sin corrupción la dan Uruguay y Costa Rica, naciones que han trabajado intensamente en esto.
Añadió que la corrupción ha permeado en todo el mundo gracias a factores como la desvinculación del Estado con la población, la crisis de la Iglesia y la globalización de los mercados.
Una de las principales acciones, detalló, es hacer cambios profundos en la función pública, la judicatura y el congreso. “Es una auténtica revolución política en el buen sentido de la palabra, porque implica la transformación del Estado”.