En casi todos los océanos y mares del planeta el viento sopla cada vez más fuerte y las olas son más altas. Es lo que muestra el análisis de millones de observaciones registradas por una treintena de satélites desde hace tres décadas.

Aunque el patrón es universal, los mayores cambios se están produciendo en los mares del sur, en especial en torno a la Antártida. Los científicos aún no saben qué consecuencias tendrá para el clima global esta violenta relación entre el viento y el mar.

Un grupo de investigadores ha analizado unos 4.000 millones de registros de altímetros, radiómetros y difusómetros instalados en 31 satélites. Los datos más antiguos se remontan a 1985. Sus resultados muestran que tanto la velocidad del viento como la altura de las olas no ha dejado de aumentar desde entonces. Y nada impide pensar que ya lo estaba haciendo antes de la era satelital.

De acuerdo con la revista Investigación y Desarrollo las medias esconden una realidad más violenta. Al estudiar solo el 10% de los registros más extremos, la velocidad de los vientos se dispara. En los mares más al norte, el viento ahora sopla casi un metro más fuerte. Mientras, en el océano Antártico lo hace a 1.5 metros por segundo, es decir, un 8%, más que hace 30 años. Y hay zonas donde se acerca a los dos metros.

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