El nopal es uno de los ingredientes más emblemáticos de México. Es incomprendido por el resto del mundo, pero nosotros hemos sabido sacarle gran provecho. Entre ensalada, tortillas y hasta frituras, no hay duda de que nos encanta usarlo en la cocina. Pero ahora han descubierto una función que nada tiene que ver con la cocina.
Sandra Pascoe Ortiz, ingeniera bioquímica y maestra en procesos biotécnológicos de la Universidad del Valle de Atejemac, es la mente detrás de este nuevo bioplástico hecho a base de una de las plantas más comunes de México.
A diferencia de otros bioplásticos —que tardan décadas en desintegrarse— el plástico de nopal se desintegra en solo 3 meses en la tierra y 2 semanas en el agua. Además, no es tóxico para los animales, así que si lo consumen accidentalmente no les hará daño.
La clave de este producto está en la sustancia viscosa que tiene el nopal, llamada mucílago. A esta le agregan glicerina y proteínas naturales para mejorar su consistencia. Por ahora el bioplástico está pensado para productos sencillos como envolturas. Pero los investigadores siguen trabajando para darle mayor elasticidad y resistencia para poderle dar más usos en un futuro.