Un artículo publicado en el periódico español El País invita a reflexionar este viernes sobre una de las frases más manidas de nuestros tiempos: “vivir el presente no es dejarse llevar”.

En muchas ocasiones se equipara “vivir el presente” con desinhibirse o dejarse llevar por los impulsos del momento. En muchas otras se habla de ello de tal modo que parece que vivir el presente sea una fórmula mágica que equivale a ser feliz, automáticamente. Es fácil ver que esto es erróneo.

Dejarse llevar por los impulsos no siempre da resultados positivos (internet está repleto de vídeos que lo demuestran), y en el presente también ocurren cosas desagradables, como la ruptura de una pareja, la inseguridad, las discusiones… Es cierto que la felicidad se vive en el presente, pero no al revés.

La lógica dicta que, si llueve, debemos sacar el paraguas, pero también que por sacar el paraguas no haremos que llueva… pero a veces la lógica se nos escapa.

Para ser capaz de vivir el presente, de estar consciente de lo que ocurre, es necesario descubrir las causas que impiden alcanzar la anhelada consciencia y aprender a resolverlas. No se trata de estar atento, sino de resolver las causas de la inatención.

Lo primero es darse cuenta de que la mente suele estar agitada, ocupada en pensamientos, muchas veces involuntarios o automáticos, comparándose con otros, repasando las preocupaciones, criticando o criticándose… o sencillamente vagando de una cosa a otra.

Ser consciente, estar en el presente, se convierte entonces en la herramienta que da la oportunidad de entender mejor la realidad, y de aprender a resolver esos conflictos que impiden ser feliz. Tratar de estar en el presente y, al mismo tiempo, escapar del malestar es imposible.

El objetivo no debe ser, por tanto, estar en el presente esperando estar bien. El objetivo debe ser estar en el presente para descubrir, para entender la realidad. Ese comprender la realidad es lo que te llevará a estar cada vez mejor, y a afrontar los retos de la vida con mayor serenidad y sabiduría. Y te permitirá, además, estar cada vez más en el presente sin esfuerzo y con gran vitalidad.

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