Los tratamientos con células madre acaparan titulares sobre curación y regeneración de distintas partes del cuerpo, pero han tenido poco éxito.
El compuesto MSI-1436 parece más prometedor, según indican los experimentos con animales. Suprime el freno a la capacidad natural del organismo de regenerar las células.
La molécula, destinada en un principio al tratamiento de la diabetes y de la obesidad, pasó con éxito las pruebas de seguridad en personas, una enorme ventaja en el desarrollo de un medicamento.
Para ilustrar este caso conviene reproducir un relato sobre mordeduras de tiburón en una taberna escocesa nos abrió a nuevas ideas acerca de la reconstrucción de organismos dañados.
A comienzos de este siglo, Michael Zasloff, genetista de la Universidad de Georgetown, pronunció una conferencia en la Universidad de San Andrews sobre diversos antibióticos naturales presentes en pieles de animales. Después de la charla, fue a tomar una copa con otros académicos, y un biólogo marino comentó que los delfines eran atacados con frecuencia por los tiburones, que les causaban enormes heridas, de 45 centímetros de longitud y 12 centímetros de profundidad. De forma sorprendente, los delfines se curaban en unas semanas, sin signos de infección.
Los investigadores han demostrado que el antibiótico natural llamado MSI-1436, descubierto por Zasloff en un pequeño tiburón, estimula intensamente la regeneración de diversos órganos dañados en el pez cebra y del músculo cardíaco en el ratón.
En 2007 se había ensayado en personas como posible tratamiento de la obesidad y la diabetes de tipo 2, porque mejoraba la sensibilidad de las células a la insulina. Los estudios, supervisados por la Agencia de Fármacos y Alimentos (FDA, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos, demostraron que el MSI-1436 se toleraba bien en dosis altas, sin causar efectos perjudiciales.
Pero el producto se presentaba en forma de líquido que debía inyectarse a diario, lo que no iba a resultar atractivo para los pacientes, que ya disponían de otras opciones más fáciles de administrar, como los comprimidos orales.
De modo que los laboratorios farmacéuticos no prosiguieron su desarrollo, aunque ahora se investiga el impacto de esta sustancia en para fomentar la capacidad natural que posee el tejido para regenerarse después de una lesión debido a que el compuesto libera en el cuerpo ciertos «frenos» moleculares que reprimen la auto regeneración celular.