Cuando una mujer se queda embarazada, desde el primer momento, aparece cientos de barreras que se imponen ante ella por su seguridad y por el bienestar de su hijo.

A pesar de las prohibiciones comunes alimentarias, existen otros productos que llegan a ser aún más prohibidos: las drogas. Consumir heroína, cocaína o fumar marihuana, entre otras, pueden afectar al bebé en su organismo durante toda su vida, en algunos casos. Es lo que se conoce como el Síndrome de Abstinencia Neonatal, es decir, la madre adicta convierte a su hijo en un adicto.

Según Antonio Cuñarro Alonso en un estudio de la Fundación Hospital de Alcorcón, en España; el síndrome de abstinencia es “el conjunto de signos y síntomas aparecidos al cesar bruscamente y de forma voluntaria o involuntaria, la toma de una droga, por parte de un consumidor dependiente”.

En el caso de un embarazo donde se han tomado drogas, el consumidor dependiente no es solo la madre, sino también el bebé. Una injerencia que provoca el traspaso de estas sustancias a la placenta que conecta al bebé con su madre en el útero, según Medline, el portal digital propiedad de la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos.

Según la Asociación Española de Pediatría, los niños que en su nacimiento sufrieron el SAN tienen un mayor riesgo de desarrollar problemas de salud, psicológicos y de integración social. La asociación lo justifica con un estudio realizado a 2.000 niños australianos que nacieron con este problema. Al compararlos con niños de la población general se observó que los niños expuestos a drogas durante el embarazo tenían el doble de riesgo de no pasar de curso escolar, en comparación con los no expuestos.

Retraso en razonamiento y memoria verbal; hiperactividad; torpeza; impulsividad; mayor riesgo de depresión y ansiedad o inicio de consumo de drogas son algunas de las consecuencias que puede sufrir un bebé a lo largo de su vida hasta los 21 que, en el momento de su nacimiento, es adicto al cannabis. Por ello, aquellas mujeres que estén embarazadas o apunto de estarlo, es preciso que consulten los peligros de todas aquellas sustancias que consumen normalmente por el daño que pueden producir en sus hijos en el futuro o, mejor dicho, en su futuro.

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