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La Tierra curó el agujero más grande de la capa de ozono

La Tierra en diversos momentos ha demostrado tener la capacidad de recuperarse sola, sin la ayuda de terceros. Ha probado poder curar su atmósfera, sus paisajes, su fauna y su flora, cuando también, ha contado con el apoyo o al menos con la no dañina intervención de los seres humanos.

La naturaleza es tan poderosa, que sin necesitar de nosotros, es capaz de arreglar de los daños que por lo general, hemos cometido nosotros los humanos.

Y así lo demostró hace unos días, cuando tras que unos científicos del Copernicus, hallaran hace unas semanas un agujero extremadamente grande en la capa de ozono, que se extendía por más de 1 millón de kilómetros cuadrados en el área, presumiblemente debido a las bajas temperaturas, que hoy se encuentra totalmente cerrado.

De hecho, este agujero de tamaño récord, era tan grande y peligroso, que si hubiera logrado moverse al sur gracias a las corrientes de aire, hubiera significado una amenaza seria para los seres humanos.

Sin embargo, el Servicio de Monitoreo de la Atmósfera de Copernicus y el Servicio de Cambio Climático de Copernicus, que trabaja en nombre de la Comisión Europea, hace unos días confirmó que este gigantesco agujero sobre el polo norte se ha curado. Y no debiéndose gracias a la continua reducción de la contaminación debido a los bloqueos por el COVID-19, como muchos podrán pensar.

Este agujero se debería al vórtice polar, que son corrientes de gran altitud que llevan el aire frío a las regiones polares, siendo en este caso, extremadamente fuertes, con temperaturas muy frías.

Que en un principio, tras reaccionar con los gases, generó nubes estratosféricas que destruyeron la capa de ozono, pero que ya debilitándose, esta protección atmosférica ante los rayos del sol recuperó su normalidad.

Fuente: BBC.

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