Si siempre ha sido importantísimo el cuidado de nuestras defensas, desde que vivimos enfrentándonos día a día al Covid-19 es esencial. Y una de las maneras de mantener “en orden” el sistema inmunitario, más allá de abrigarnos bien en invierno, y cuidarnos de los cambios de temperatura, es hacerlo a través de la alimentación.

En entrevista para el periódico español ABC, Álvaro Vargas, periodista y técnico superior de dietética declaró que la alimentación está implicada en todas las células de nuestro organismo.

Subrayó que una mala alimentación hará que esas células no se reproduzcan convenientemente, o no estén preparadas para todo el trabajo que tienen que hacer y puntualizó que las células inmunes son unas células más, por tanto, la alimentación las afectará de forma directa.

Recomendó que más o menos un 50% de toda nuestra alimentación deben ser frutas y verduras, pues ahí encontramos la mayoría de los nutrientes que necesitan estas células, como la fibra, los antioxidantes, la vitamina A o la vitamina C.

Dijo que otro grupo interesante para el sistema inmune son las legumbres, sobre todo por sus minerales como el zinc, el ácido fólico, el cobre y el selenio, muy relacionados con el sistema inmune.

Precisó que sin duda alguna el azúcar es el mayor enemigo del sistema inmune y explicó que veces no caemos la cuenta que son los muchos productos que llevan azúcar. No solo debemos contar con el azúcar que nosotros le ponemos a un café, sino el que viene en refrescos, bollerías y salsas donde está muy presente.

Comento que existe una diferencia con los azúcares ‘libres’ como por ejemplo el azúcar de una fruta, es que una fruta mantiene su fibra si la tomamos entera. Entonces, esta fibra hace que absorbamos los azúcares de manera saludable. Nuestro cerebro necesita azúcar, pero no azúcar refinada, sino el tipo de azúcar que hay en la fruta, las legumbres, los cereales… siempre que sean integrales y mantengan su fibra.

La vitamina D, dijo, es la más importante de todas, y es la que más déficit hay a nivel mundial. Esta vitamina está relacionada con la salud de los huesos y con el sistema inmune. El déficit viene, si resumimos mucho, porque la mejor fuente de vitamina D es tomar el sol 15 minutos al día, y por la vida que llevamos actualmente no pasamos ese tiempo en la calle. Por ello, puede ser buena idea la suplementación, si no tomamos esos 15 minutos al día de sol.

Agregó que gran parte de la producción de células inmunes se produce en el intestino grueso, y además, se calcula que ahí se encuentran alrededor de 100 billones de bacterias beneficiosas. Estas actúan de barrera para los patógenos que llegan a ese punto del intestino. Ofrecen una resistencia para que no atraviesen la pared intestinal y termina en la sangre o los órganos.

Por último, señaló que lo primero es llevar una alimentación saludable, muy rica en fibra, por eso insisto en el consumo de frutas, verduras y legumbres.

Si queremos tomar suplementación, un empujón para las defensas, deberíamos hacer una mezcla entre probióticos y prebióticos. Los probióticos son bacterias beneficiosas y los prebióticos ayudan a fortalecer esas bacterias, concluyó.

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