Hace siete años, un satélite detectó la creación de un remolino de plasma gigantesco. Se extendía hacia la magnetósfera lentamente. Su fuerza se disipó horas después.

Ésta fue la primera vez que un huracán se detectó en la atmósfera superior de nuestro planeta. Nadie sabe a qué se debe con certeza.

De acuerdo con el portal de la revista National Geografic nunca antes se había detectado con cámaras humanas un evento similar. Sin embargo, esto no quiere decir que sea poco común entre los fenómenos planetarios.

Según Mike Lockwood, físico del entorno espacial de la Universidad de Reading en el Reino Unido, la observación de este tipo de huracanes es única.

En contraste, los huracanes en la atmósfera inferior de la Tierra son frecuentes. Se trata de potentes sistemas climáticos giratorios, que dan vueltas en torno a un centro tranquilo: el ojo del huracán.

Alrededor de este punto, vientos poderosos y precipitaciones torrenciales se esparcen sobre la superficie terrestre.

A diferencia de sus homólogos terrestres, los huracanes espaciales son difíciles de ver. Se sabe que Júpiter y Saturno son particularmente turbulentos. No tanto, sin embargo, como aquellos tornados de plasma que se forman en las profundidades de la atmósfera del Sol.

as detecciones se realizaron el 20 de agosto de 2014. De acuerdo con las observaciones de la Universidad de Shandong, el huracán espacial apareció sobre el Polo Norte, extendiéndose hasta un diámetro de mil kilómetros.

Según se estima que consistía de plasma, con múltiples brazos girando en espiral.

Las velocidades registradas nunca antes se habían visto: girando en sentido antihorario, alcanzó 2 mil 100 metros por segundo. Similar a sus primos terrestres, el centro estaba en calma, casi quieto. Todo el evento duró aproximadamente 8 horas.

En lugar de ocasionar tormentas de agua, este fenómeno ocasionó una precipitación de electrones en la ionosfera. Inmediatamente, se formó una enorme aurora giratoria debajo del huracán.

El equipo de científicos modeló este proceso. Al analizar los resultados en retrospectiva, descubrieron que un campo magnético interplanetario de reconexión puede producir las características que observaron en el huracán espacial. Incluso, cuando el viento solar es de baja intensidad.

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