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Los lagos se están desoxigenando

En los lagos hay cada vez menos oxígeno disuelto.

Es el resultado de un estudio de casi 400 lagos de la zona templada del planeta. Desde 1980, su contenido de oxígeno disminuye cada año, en promedio, un 5,5% cerca de la superficie y un 18,6 por ciento en las profundidades.

Kevin Rose, del Instituto Politécnico Rensselaer, en Troy, estado de Nueva York, y sus colaboradores no han investigado qué consecuencias tendrá. Pero es de temer que la pérdida de oxígeno sea negativa para el ecosistema, ya que se trata de un pilar central de la vida acuática.

Dice que, si su contenido disminuye, son de esperar grandes dislocaciones venideras. Los lagos solo cubren un tres por ciento de la superficie terrestre; sin embargo, contienen bastante más del tres por ciento de la biodiversidad.

Como escribe el equipo en Nature, en las masas acuáticas terrestres se observa una tendencia que otros investigadores ya habían observado en el mar.

La pérdida de oxígeno podría llegar a ser tan grande que condujese a la creación de las llamadas zonas muertas, en las que solo sobreviven organismos especializados.

Una de las razones por las que se pierde oxígeno es de índole puramente física: cuanto más se calienta el agua, menos oxígeno podrá disolverse en ella. Como con el calentamiento global se calientan también las aguas superficiales, la concentración de O2 disminuye recíprocamente.

Este fenómeno explica casi por completo la disminución observada en las capas superiores de agua.

En cambio, la disminución en las profundidades, aún más clara, solo se explica por medio de complejos mecanismos, escribe el equipo en un comunicado de prensa.

Las aguas profundas no se han calentado todavía; sin embargo, el ascenso de las temperaturas ambientales son también la causa motriz del fenómeno, aunque sea indirectamente.

En opinión de los expertos, hace que la estratificación del agua sea más estable. Como consecuencia, cabe suponer que no abunde tanto la mezcla de aguas que normalmente enriquece con oxígeno a las más profundas.

El oxígeno ingresa en el agua de los lagos sobre todo gracias a procesos que suceden en su superficie.

Rose y sus colaboradores han basado su estudio en más de 45.000 mediciones de la temperatura y el oxígeno disuelto. Se tomaron sobre todo en los lagos de la zona considerada desde 1941.

En ese tiempo, perdieron oxígeno entre 2,75 y 9,3 veces más deprisa que los océanos, según su valoración.

Sin embargo, hay casos que escapan de la tendencia general. Esos lagos se calientan también, pero en ellos aumenta la concentración de oxígeno. El grupo lo atribuye a las cianobacterias, que medran con el calor y producen las llamadas proliferaciones de algas.

 El crecimiento masivo de la población de esos organismos unicelulares hace que, gracias a la fotosíntesis que realizan, aumente la concentración de oxígeno. Estas “algas verdeazuladas”, como coloquialmente se llama también a esos organismos, generan además con frecuencia sustancias tóxicas, que pueden llegar a ser peligrosas para los animales y los seres humanos.

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