El artesano, ceramista y escultor yucateco Luis May Ku logró desarrollar un pigmento similar al milenario azul maya para devolver a las nuevas generaciones las riquezas de sus antepasados.

Gracias al descubrimiento del famoso color, que ha sido motivo de investigación desde hace décadas y ha despertado el interés de expertos que han intentado replicar la técnica para su elaboración, el yucateco recibe una beca de The British Museum.

El pigmento destaca porque es muy duradero, resistente a la intemperie, los rayos UV, la humedad y las inclemencias del tiempo, dijo el artesano en una entrevista en Cobá, Quintana Roo, dónde reside.

El color azul se ha mantenido en casi perfecto estado durante más de mil años en murales de sitios como Chichén Itzá, Bonampak y otras zonas de la cultura maya.

El azul que está presente en códices, piezas de cerámica y esculturas antiguas, había permanecido como un misterio indescifrable tanto para investigadores, como para los propios artesanos mayas contemporáneos.

“Yo había sido escultor de tallado en madera por más de 20 años, pero cuando cambié a la técnica de cerámica, comencé a estudiar con alfareros de Ticul, Chichén Itzá y Cobá, con los quienes elaboré mi colección de retratos de personas mayas actuales. De ahí nació la inquietud de pintarlos con los mismos colores que habían utilizado mis antepasados”, explicó.

Durante su estudio, May Ku se dio cuenta de que el famoso azul maya no se podía hallar en ningún lado y tras una intensa investigación, se percató de que científicos, arqueólogos, antropólogos y químicos habían intentado dar con la fórmula para crear el pigmento, pero no habían tenido éxito.

La búsqueda de la planta, cuyo nombre científico es Indigofera suffruticosa y que también es conocida con el nombre de añil, fue lo que le llevó más tiempo al escultor.

“Tardé tres años de investigación para dar con esta planta, preguntando si la habían visto, caminando por las carreteras de muchas regiones de Yucatán hasta que dí con ella”, precisó.

Luis May Ku, quien también es responsable de la Casa de la Cultura de la comunidad de Cobá, añadió que después del hallazgo y con la ayuda de los habitantes de la aldea maya Xunáan Kab, así como con el apoyo de sus colaboradores y otros artesanos locales, May Ku pasó meses cosechando la planta, al mismo tiempo que comenzaba con la búsqueda del segundo elemento esencial para crear el pigmento: la paligorskita, un tipo de arcilla proveniente de minas situadas en el norte de la Península de Yucatán, en la región de Ticul.

A finales del 2019, Luis May Ku logró dar con la fórmula exacta para crear un pigmento tan similar en el color y consistencia como el azul maya original.

Entonces, decidió patentar su fórmula ante el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (IMPI) para poder compartir y comercializar el pigmento, el cual nombró Azul Maya Ch’oj.

El ceramista sigue su estudio e investigación sobre los distintos tonos de azul de los artistas mayas, gracias a una beca otorgada por The British Museum.

Además, los encargados del museo ubicado en Londres, Inglaterra, invitaron al ceramista Luis May Ku a participar en el Taller-Simposium Internacional “Azul Maya: pintando del pasado al presente”, que tendrá lugar en las instalaciones de The British Museum, en septiembre del 2021. El artesano también ha compartido parte de su investigación y del pigmento con el catedrático de la Universidad de Chapingo Elías Jaime Matadamas, quien ya ha iniciado las pruebas de resistencia al Azul Maya Ch’oj para determinar su similitud con el original hecho por los antiguos mayas.

A %d blogueros les gusta esto: