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Más de la mitad del petróleo mundial debe quedarse sin extraer para cumplir el límite de calentamiento global de 1.5 grados

Un estudio de modelización publicado en la revista Nature subraya la necesidad de poner límites estrictos e inmediatos a la extracción de combustibles fósiles.

De acuerdo con un artículo divulgado por la revista española SINC, los combustibles fósiles representan en la actualidad el 81 % del consumo mundial de energía y que se ha observado un aumento espectacular del volumen de reservas de petróleo que deben permanecer sin extraer a escala mundial en nuestro documento respecto al estudio realizado en 2015.

Dan Welsby del University College de Londres estimó que un tercio de las reservas de petróleo, la mitad de las de gas y más del 80 % de las de carbón deberían quedar sin utilizar en 2050 para tener una oportunidad de limitar el calentamiento global a 2 °C.

El nivel de reservas no extraíbles sería de un 62 %. “Esto tiene importantes implicaciones para los productores de las regiones que dependen en gran medida de los ingresos de los hidrocarburos para sostener la economía nacional”, señala el investigador.

Asimismo, todo el petróleo y el gas no explotados en el Ártico deben permanecer bajo tierra según este trabajo.

“Nuestro trabajo respalda firmemente las investigaciones anteriores sobre la importancia de un descenso controlado de la producción, para garantizar que las economías que dependen de ello se diversifiquen ahora, dado el nivel de reducciones necesarias de la demanda mundial de petróleo y gas”, subraya Welsby.

Los investigadores han utilizado los datos más recientes para proyectar los costos futuros de las principales tecnologías con bajas emisiones de carbono, como la eólica, la solar y los vehículos eléctricos de batería.

“La reducción de costes de estas tecnologías ha sido espectacular, incluso desde el documento de 2015. Vemos un rápido despliegue de las tecnologías solar y eólica, así como un aumento de la producción de hidrógeno a partir de la electrólisis sobre todo como combustible de entrada para la flota naval mundial”, enfatiza Welsby.

Dada la escala de despliegue necesaria para empujar el sistema energético mundial hacia una trayectoria neta cero para la década de 2050, los científicos estiman que existe un enorme potencial dentro de las tecnologías de baja emisión de carbono para proporcionar puestos de trabajo e inversión. Por último, recuerdan que este trabajo puede suponer aún una subestimación de la situación, puesto que el modelo no tiene en cuenta las futuras retroalimentaciones del sistema terrestre, ni las incertidumbres en torno al ritmo de despliegue y la escala de las tecnologías necesarias para contrarrestar las emisiones.

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