El cultivo de pulpo está tomando gran relevancia a nivel mundial. Tan sólo países como España y Japón trabajan desde hace algunos años en este tipo de acuacultura. México, por su parte, también ha enfocado distintos esfuerzos de investigación en generar conocimiento sobre esta práctica.
Por ejemplo, en la Unidad Académica Sisal de la UNAM, un grupo de investigadores desde hace más de una década han estudiado la fisiología del pulpo Octopus maya, así como su sistema digestivo y reproductivo.
El trabajo con el pulpo Octopus maya, endémico de Yucatán, inició hace 15 años. En ese momento, el gobernador del estado sugirió que se estudiara el cultivo del pulpo, cuya importancia comercial y económica es muy alta en el estado de Yucatán, al grado que en la actualidad la producción pesquera de pulpo alcanza entre las 15 y las 30 mil toneladas al año.
El doctor Carlos Rosas Vázquez, de la UMDI e investigador principal en el cultivo de pulpo, explica que en ese entonces detectaron algunas anomalías con la temperatura en el mar que redujeron de manera importante la producción pesquera de pulpos, por lo que había un interés para que se desarrollara esa tecnología.
“Hubo que hacer mucha investigación básica, estudiar aspectos de la digestión, del crecimiento, de la conducta y de la densidad de siembra. Fueron como 10 años lo que nos llevó desentrañar los distintos aspectos de la biología que nos permitieran cultivar a los animales”, explica.
Producto de las primeras labores de investigación con el pulpo Octopus maya, en la unidad Sisal hoy disponen de un sistema de producción que consiste en varias etapas.
La primera es la de la reproducción, para lo cual cuentan con una unidad piloto integrada por un área de reproducción controlada en donde se colocan las hembras para el desove. En esas condiciones, cada hembra puede producir en promedio mil embriones, los cuales se colocarán en una incubadora (patente de la UNAM) en donde permanecerán, en promedio entre 40 y 50 días hasta la eclosión.
“Esta especie es muy peculiar en su desarrollo porque tiene como característica que lo que nace del embrión es un pulpito casi totalmente desarrollado, el cual puede ser fácilmente alimentado en condiciones de cultivo, lo que nos facilitó mucho la implementación de sistemas de producción”, explica el investigador.
En las instalaciones de la UNAM en Sisal, una vez que eclosionan, los juveniles se colocan en estanques de 6 metros de diámetro cada uno, en donde se cultivan hasta la cosecha. En estas condiciones cada estanque puede producir entre 200 y 400 pulpos de 150 a 200 gramos en cuatro meses. Entre los principales retos que enfrentaron al cultivar pulpo se encontraron con la mortalidad asociada al canibalismo, ya que los pulpos más grandes y fuertes se comían a sus hermanos de menor tamaño. Resultado de sus observaciones los investigadores concluyeron que esta condición se presentaba principalmente debido a que los animales no eran alimentados adecuadamente.