Desde hace un tiempo se habla sobre el trastorno por los juegos, muchos están de acuerdo otros no. Sin embargo, la Organización Mundial de la Salud finalmente declaró la adicción a los videojuegos como un problema de salud mental al incluirla en la Clasificación Internacional Estadística de Enfermedades y Problemas de Salud.
Durante la 72° Asamblea Mundial de la Salud, la OMS informó que los afectados por esta adicción tienen “un patrón de comportamiento persistente o recurrente relacionado al juego” –refiriéndose específicamente a videojuegos, ya sean online u offline-.
Por lo tanto, la organización la consideró como un “desorden mental, de comportamiento o de desarrollo neurológico”, la misma tipificación que la adicción a los juegos de azar.
Desde que se presentó el primer borrador para la nueva categorización, el asunto tuvo fuertes repercusiones entre los representantes de la industria de los videojuegos, incluso instaron a que la OMS a reevaluará la decisión.
Por un lado, Entertainment Software Association sostuvo que es “imprudentemente trivializa asuntos reales de salud mental tales como la depresión o la ansiedad social”. Por el otro, hubo profesionales de la salud que calificaron la medida como “apresurada” y con “poco diagnóstico”.
Un detalle importante es que el ICD no es una ley y no tiene carácter obligatorio. Sin embargo, esta tipificación influye en cómo los profesionales y los políticos estudian y proponen tratamientos o medidas sobre cuestiones de salud pública. Además, muchos argumentan que puede terminar en algo perjudicial para el paciente.
¿Cómo se diagnostica? La Adicción a los Videojuegos solo puede diagnosticarse en caso de que el paciente tenga “poco control sobre su comportamiento relacionado al juego”, “una prioridad sobre el tiempo que se da a estos en relación con otros intereses y actividades diarias” y/o “continuación de la conducta a pesar de la ocurrencia de consecuencias negativas”.
El patrón adictivo puede ser continuo o episódico y se diagnostica durante un periodo de 12 meses, si los síntomas no son demasiado evidentes o severos.
Por último, la nueva Clasificación Internacional Estadística de Enfermedades y Problemas de Salud (ICD-11) entrará en vigor el pasado uno de enero de 2022.