Entre 19 y 23 millones de toneladas métricas de basura plástica acaban cada año en las aguas de todo el mundo, una cantidad equivalente a que dos camiones descarguen plásticos cada minuto en ríos, mares y océanos.

Una investigación publicada por la agencia española SINC señala que el plástico, al ser un compuesto muy estable, este contaminante se acumula en los océanos, donde se descompone gradualmente en trozos cada vez más pequeños, pudiendo incluso entrar en el torrente sanguíneo humano.

Se prevé que la avalancha de desechos empeore: la producción mundial de plástico podría duplicarse para 2045. En este contexto, ni el Polo Norte puede librarse ya de esta amenaza global.

A esta remota zona, considerada virgen hasta ahora, la cubren ya preocupantes niveles de contaminación plástica.

Según Melanie Bergmann, autora principal del trabajo de investigación, hay tres rutas principales de llegada del plástico: “Transportados desde fuentes lejanas a través del mar del Norte y la corriente atlántica, o por el lado del Pacífico Norte a través del mar de Bering”.

La científica cuenta a SINC que uno de los objetivos de su equipo fue averiguar el origen de algunas de las muestras de desechos varados en el Ártico que se recogieron en las islas Svalbard durante la campaña.

Les ayudaron las etiquetas u otras inscripciones aún marcadas en los plásticos que fueron recolectando. “Sorprendentemente, también se encontró basura española, además de restos de otros países europeos e incluso más lejanos”, informa.

La presencia de cantidades considerables de micro y nanoplásticos en la nieve del Ártico y en un glaciar pusieron de manifiesto la rapidez del aire como medio de transporte para llegar a este océano.

Además, a pesar de que océano Ártico solo representa el 1 % del volumen total de los océanos del mundo, recibe más del 10 % de la descarga mundial de agua de los ríos, que arrastran plástico al océano, por ejemplo, desde Siberia.

A pesar de que el océano Ártico solo representa el 1 % del volumen total de los océanos del mundo, recibe más del 10 % de la descarga mundial de agua de los ríos, que arrastran plástico al océano

Cuando el agua de mar de la costa de Siberia se congela en otoño, los microplásticos en suspensión quedan atrapados en el hielo. La deriva transpolar lleva los témpanos de hielo al estrecho de Fram, entre Groenlandia y Svalbard, donde se derrite en verano, liberando su carga de plástico.

“Este sistema grita ahora que debemos reducir la producción de plástico y limitar la contaminación por plástico de forma rápida y eficaz. El plástico que ya está en el medio ambiente se fragmentará en partículas cada vez más pequeñas, aumentando los niveles de contaminación por plástico, incluso si detenemos la contaminación hoy”, concluye la investigadora.

A %d blogueros les gusta esto: