Uno de los problemas frecuentes que enfrenta la ganadería en la Península de Yucatán durante la sequía es la escasez de bancos de biomasa o zacate. La falta de lluvias genera desabastecimiento de pasto y el disponible resulta ser de baja calidad dada su baja biodisponibilidad de proteína.
Regularmente en la región tropical los pastos en época de secas tienen entre un dos y tres por ciento de proteínas. Su crecimiento es bajo y esto afecta directamente a la producción que se ve disminuida como se observa en la generación de leche y la pérdida de peso del ganado, según afirma el Dr. Ángel Piñeiro Vázquez, investigador del Instituto Tecnológico Nacional, campus Conkal.
Hay diferentes tipos de pastos como el Taiwán, Cuba y Guatemala, que con adecuado manejo agronómico nos ayuda en la época de secas y en general en la región tropical existen muchos recursos locales que pueden ser utilizados para mitigar la escasez de lluvia.
Actualmente se está evaluando la mejor edad de corte del zacate. La literatura establece entre 60 y 70 días, pues mientras más joven es el biomaterial mejor au contenido proteínas, los componentes fibrosos y la cantidad lignina, que favorecen en el animal mayor aprovechamiento de su alimentación.
Cuando la digestibilidad y el aprovechamiento es menor, genera que la producción de leche y carne también lo sea.
En la región tropical, como la nuestra, cultivar el pasto es un negocio para alimentar los caballos y los bovinos, los rollos de zacate de nueve kilos tienen un valor de treinta pesos. La compra de insumos como sales minerales, sorgo, soya y maíz es muy cara, por consiguiente, esto provoca que la ganadería sea menos rentable, este uno de los efectos de la post-pandemia para la actividad ganadera.
Asimismo, cabe recordar que en un sistema de producción los costos de alimentación en la ganadería son de un setenta por ciento, por ello los investigadores promueven el aprovechamiento de vegetación local como alimento de apoyo.
Las plantas locales que forman parte de los bancos de proteína y que ayudan a la actividad ganadera son el falso girasol y morena que, tienen un dieciséis por ciento de proteína, además sus metabolitos secundarios flavonoides, saponinas, taninos y aceites esenciales pueden modificar la fermentación ruminal y pueden alterar los lípidos de la carne y la leche.
Otro recurso podría ser el fruto del Pich, un recurso local que tiene un dieciséis por ciento de proteína cruda y que tiene metabolitos secundarios como las saponinas esferoidales, las cuales contienen propiedades bactericidas, bacteriostáticas, incluso en algunas partes del mundo la están utilizando por sus propiedades anticancerígenas.
Es así como investigadores locales trabajan en apoyo de la producción local ganadera durante esta temporada, difícil para la sobrevivencia de los animales de crianza.