Estudiar Medicina y convertirse en médico en México fue durante muchos años un sinónimo de estabilidad que suponía la posibilidad, en muchos casos inequívoca, de tener un futuro prometedor.

El panorama, sin embargo, ha cambiado radicalmente. Muchos médicos están renunciando a especializarse y tener, así, mejores condiciones de vida, según se publica en el sitio de internet del diario español “El País”.

Según el reportaje, a los casos de maltrato y acoso laboral, se suman, con veloz gravedad, la violencia que permea en todo el país; la precariedad con salarios muy bajos y jornadas de hasta 36 horas seguidas, y, más recientemente, el señalamiento y cuestionamiento desde el Gobierno mexicano del trabajo de miles de médicos residentes que, a menudo, tienen que esforzarse por encontrar el ánimo suficiente para no renunciar.

Los estudios de Medicina tienen una duración de seis años y medio en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y de seis años en el Instituto Politécnico Nacional (IPN) y en la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), por mencionar algunos ejemplos.

Además, un año antes de graduarse los estudiantes tienen que hacer el llamado Internado Rotatorio de Pregrado, cuando están durante 12 meses en un hospital y pasan por los principales servicios médicos. Este es el primer acercamiento a la realidad hospitalaria en México. Y es solo es el inicio de una carrera, si lo que se espera es tener un mejor salario y mejores condiciones laborales y de futuro.

Luego viene uno de los retos más grandes: presentar el Examen Nacional para Aspirantes a Residencias Médicas (ENARM). Esta prueba anual, a la que aplicaron en 2021 cerca de 45,000 estudiantes y en la que fue aceptado el 42% de ellos, puede marcar la diferencia entre la estabilidad laboral y su ausencia.

Según información de Conacyt, entregada por una petición de transparencia en 2021 al diario La Razón, de las 1,000 plazas ofertadas para hacer la residencia en 2020 en el extranjero -el convenio de Conacyt solo contemplaba a Cuba-, 816 quedaron vacías.

Según el INEGI, en el país existe un promedio de dos médicos por cada 1,000 habitantes, comparados por los cuatro por cada 1,000 de España o los casi cinco en Noruega. Y esa dificultad para llegar a la población empieza desde mucho antes. Y si hablamos de sus condiciones laborales, con las jornadas, años de preparación, acoso, violencia o sueldos, el panorama empieza a oscurecerse.

“Un residente gana ahora mismo entre 16,000 pesos mensuales hasta poco más de 20,000 dependiendo de la plaza, con jornadas laborales cada tres o cuatro días de hasta 36 horas.

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