En el convulso 2020 nacieron en España 341.315 niños, críos que pasaron sus primeros meses de vida completamente enclaustrados en sus casas, con salidas a la calle muy reducidas, sin visitas ni contactos sociales o viendo el mundo a medias, con las caras a su alrededor tapadas por una mascarilla, segíun publia el diario español “El País”.

Ellos, y los que vinieron después, en 2021, son la generación que nació en pandemia y, si bien la COVID no se cebó con ellos, la infección cursa de forma muy leve en los más pequeños, sí arrastran el peso de estos dos años de restricciones sociales intermitentes.

Y ahora que la crisis sanitaria está más estabilizada y las restricciones han caído, los padres ven también cómo vuelven los mocos y los catarros recurrentes. Mucho más que meses atrás. Pero, ¿significa esto que los niños nacidos en pandemia enferman más? Los médicos son tajantes: no hay ninguna evidencia que sugiera que estos menores tienen un sistema inmune más débil

No hay evidencia alguna de que el sistema inmune de un crío nacido durante la crisis sanitaria del coronavirus sea diferente al de otro nacido antes de 2020, zanja Alfredo Tagarro, coordinador del grupo de trabajo de Infecciones Respiratorias de la Sociedad Española de Infectología Pediátrica.

“Lo que está claro es que la exposición a patógenos de los niños en pandemia ha sido diferente a lo que estábamos acostumbrados. Y, si bien es cierto que tenemos una sobrecarga asistencial en urgencias por patología banal [no grave], esto lo que sugiere es que estos niños se han ido poniendo en contacto con los virus circulantes”, añadió.

No tiene sentido pensar que los niños han dejado de tener estimulado su sistema inmune porque es más complejo que todo eso: un niño, incluso con mascarillas, está expuesto a multitud de encuentros antigénicos a lo largo del día, hay infecciones de todo tipo y contacto con gérmenes a través de la boca, la comida, las mucosas de las manos…”, agregan investigadores.

Para el pediatra y epidemiólogo Quique Bassat, del Instituto de Salud Global de Barcelona, tampoco hay ninguna señal de alarma: los hospitales están en una situación normal, sin aluvión de infecciones pediátricas, y la polémica se circunscribe más a una percepción de los padres “por falta de hábito”.

Toni Soriano, infectólogo pediátrico del Hospital Vall d’Hebron, coincide en que “no ha nacido una generación inmunodeprimida” y, con la vuelta a la normalidad de los ciclos virales, se normalizará el ritmo usual de infecciones infantiles. Con todo, agrega: “Nos llama la atención que en África no se hayan reportado tantos casos de COVID como en otras partes del mundo y sería interesante valorar aquí la teoría de la higiene”.

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