El inmunólogo Carl June ha iniciado una revolución en la medicina. Él mismo habla de resurrecciones “como la de Lázaro”, el hombre fallecido y revivido milagrosamente por Jesucristo en el relato bíblico.
June, nacido en Denver, Estados Unidos, es el padre de los tratamientos CAR-T, una pujante estrategia que consiste en extraer sangre de los enfermos de cáncer, capturar sus glóbulos blancos y rediseñarlos en el laboratorio mediante ingeniería genética para multiplicar su capacidad de aniquilar las células cancerosas.
El investigador relató su primer caso, el de Bill Ludwig, un funcionario de prisiones de 65 años que en agosto de 2010 estaba a punto de morir por una leucemia. El paciente tenía unos tres kilos de tumor en su cuerpo pero, 20 días después de una única infusión de células CAR-T, no se encontró ni rastro de su cáncer.
El desafío ahora es reducir el exorbitado precio del tratamiento, pues las farmacéuticas cobran más de 300,000 euros, unos 7.5 milones de pesos, por cada paciente y conseguir que funcione también en los tumores sólidos, como los de páncreas y cerebro.
Nuestros dos primeros pacientes ya pasaron 10 años libres de leucemia, así que podemos hablar de curación. Fueron casos como el de Lázaro. Pensaban que iban a morir y ambos tuvieron reacciones similares. Cuando a Bill Ludwig le comunicaron que ya no tenía leucemia, se compró una autocaravana y dio una vuelta al país con su mujer disfrutando de las vacaciones que nunca habían tenido.
Cuando se habla de un precio justo, varía dependiendo del país. Es un poco horrible, pero las compañías de seguros de Estados Unidos están dispuestas a pagar 130,000 dólares al año por cualquier cosa que te haga vivir un año más con salud. icho esto, todavía es caro. El coste tiene que reducirse.
Los datos hasta ahora muestran que ninguna de estas grandes compañías está ganando dinero con estas terapias celulares. Novartis obtiene un beneficio mucho mayor del resto de medicamentos que vende. El costo directamente atribuible a la producción en un fármaco estándar puede ser un 5% del precio de venta. En el caso del CAR-T es mucho mayor.