De acuerdo con la versión de la agencia británica “BBC”, en México, el país con más hispanohablantes del mundo, el español que se habla en la península de Yucatán es una de las variantes más singulares.

La publicación afirma que “no es que algún visitante que hable español y llegue a la ciudad de Mérida, la capital de Yucatán no pueda entender nada. Pero seguramente escuchará muchas palabras extrañas en los diálogos de los locales”.

“La hach y nos vamos”, le diría un meridano a su amigo, al pedir la última cerveza de la tarde. “Primero voy a uixar”, le podría responder si necesita hacer una escala del número uno en el baño.

Y es que en las conversaciones del día a día en la península está muy presente la lengua maya.

Los estados de Campeche, Quintana Roo y Yucatán se asientan en el territorio que tuvo la antigua civilización maya. Y hasta la actualidad, cientos de miles de personas hablan esa lengua.

“Cuando el yucateco habla con alguien de fuera utiliza las voces que ese visitante utiliza. Pero si alguien escucha hablar a dos personas yucatecas, ahí sí hablamos de una manera que habrá cosas que no nos entiendan”, explica a BBC Mundo el antropólogo yucateco Miguel Güémez Pineda.

Una característica que perdura, además de la enorme cantidad de vocablos mayas, es el peculiar acento que le dan a las palabras en el español yucateco.

Ellos le llaman “hablar aporreado”, afirma el académico de la Universidad Autónoma de Yucatán incluso es autor de un diccionario del español yucateco, una muestra de cuán peculiar es el español que se habla ahí, a diferencia de otros lugares donde no se requiere de un diccionario.

El lingüista Adrián Chávez, oriundo del centro del país, dice que en la península se ha sentido como extranjero: “Yo he estado en Campeche, por ejemplo, y sí que hay un choque lingüístico”.

En el caso del español yucateco, es un dialecto con una amalgama del maya local, del taíno que hablaban los indígenas del Caribe, del castellano del sur de España que llegó con la conquista, y del español de Cuba producto del comercio, explica Güémez Pineda.

Los gobernantes españoles y misioneros franciscanos intentaron sustituir el maya por el español, pero fueron cediendo ante el uso de voces y expresiones mayas que contribuyeron a un rico dialecto yucateco.

Ya sea que en un tono bien aporreado pidas un taco “bien nohoch”, bien servido, de cochinita pibil para calmar el hambre, lo que encontrarás en la península de Yucatán es una muestra más de los diversos dialectos que enriquecen nuestra lengua en todo el mundo.

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