Un estudio del INEGI publicado por el periódico “El Economista” detalla que durante el pníltimo mes del año pasado 220,000 personas se sumaron a trabajo no remunerado.
Se añade que con este crecimiento, el trabajo sin pago abarca a 2.5 millones de personas, lo que representa 400,000 ocupados más en esta condición de los que había antes de que la pandemia de Covid-19 afectara el mercado laboral.
Hasta el tercer trimestre del año, el empleo no remunerado era uno de los de mayor crecimiento junto con el trabajo por cuenta propia, mientras la tasa de trabajo subordinado reportaba una tendencia a la baja.
Durante la segunda mitad del 2022, el trabajo sin remuneración no ha dejado de crecer. En lo que va del año esta condición de ocupación ha incrementado 8.8% y en términos absolutos ha sumado a 208,693 personas.
Las mujeres abarcan el 61% de toda la ocupación sin salario. De hecho, el 90% del crecimiento de este tipo de trabajo en noviembre se concentró en la población femenina, pasaron de 1.3 a 1.5 millones de mujeres en esta condición.
De acuerdo con la definición del INEGI, en esta categoría se pueden encontrar personas que trabajan en negocios familiares, además de prestadores de servicio social, becarios y participantes de programas de empleo.
En su momento, José Luis de la Cruz, director general del Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimiento Económicoexplicó que el crecimiento del trabajo independiente está vinculado con el incremento del trabajo no remunerado.
El especialista dijo que el autoempleo implica ocupaciones que requieren la contribución de familias, sobre todo de hijos, esposa o esposo, que contribuyen a ese pequeño negocio, pero por el cual no reciben un salario.
En el otro extremo, el trabajo subordinado sumó a 284,054 personas a la población ocupada en el penúltimo mes del año. Con este incremento, los subordinados llegaron a 40.1 millones de personas, la cifra más alta en términos absolutos desde que se tiene registro.
De la mano del crecimiento del trabajo remunerado se observó una mejoría en las condiciones laborales de las personas que se emplean en esta condición. Por un lado, disminuyó en 317,730 personas la población que trabaja más de 48 horas por semana; es decir, por arriba del límite legal.
Asimismo, la enecuesta arrojó que 125,677 personas se incorporaron a un empleo con prestaciones, lo que ayudó a compensar la suma de 80,000 personas al trabajo subordinado sin prestaciones.
Así las condiciones laborales en este México nuestro.

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