Las familias de menores recursos enfrentaron, al cierre del año pasado, un incremento de precios mayor en su canasta básica en comparación con el promedio nacional, de acuerdo con los cálculos realizados por el IMCO.
De acuerdo con el periódico “El Economista”, en diciembre la inflación a los consumidores se desaceleró a 7.82%, los hogares mexicanos que se encuentran en el primer decil, es decir, los que tienen menores ingresos, enfrentaron un alza de precios de 9.70 por ciento.
Los mexicanos de menores recursos han tenido que enfrentar una mayor inflación debido a que éstos destinan una fracción mayor de su gasto a la compra de alimentos, los cuales han ejercido la mayor presión en la inflación general durante el último año, explicó el IMCO.
Los hogares de menores ingresos, al tener un flujo de dinero limitado, destinan una mayor cantidad de sus ingresos a la compra de alimentos y bebidas en comparación con otros deciles.
“En particular, los hogares con ingresos bajos dedican la mitad de sus gastos totales a la compra de alimentos, bebidas y tabaco. En contraste, los hogares de altos ingresos dedican solo 28% de su gasto a la compra de estos bienes”, expuso el IMCO.
De acuerdo con los datos del Inegi, al cierre del 2022 la inflación para el rubro de alimentos fue de 12.85% anual, mucho mayor a la tasa promedio de inflación. Durante el año pasado, fueron justamente los precios de alimentos los que más se incrementaron ante las tensiones en Europa del Este que afectaron precios de granos, así como de algunos fertilizantes.
“La diferencia entre la tasa de inflación enfrentada por los hogares de bajos ingresos y la enfrentada por los hogares de altos ingresos fue de 1.98 puntos porcentuales. Esta brecha fue menor a la observada en septiembre del 2022, pero aún es mayor a la observada en diciembre del 2021”, señaló el IMCO.
Al cierre del 2021, los hogares de mayores ingresos presentaron una inflación de 7.12%, menor a la inflación anual de 7.4% mientras que, los hogares del primer decil, registraron un incremento de precios de 7.99%, por lo que la brecha en aquel momento fue de 0.87 puntos porcentuales.

El instituto agregó que, para mitigar el impacto regresivo sobre la población de la inflación, se deben de impulsar medidas para fortalecer la competencia económica, respetar la autonomía del Banco de México, y tener apoyos focalizados a la población vulnerable.
“Además, la atracción de inversión y de nuevas tecnologías son elementos vitales para impulsar la oferta de bienes y tener mayor capacidad de enfrentar periodos de volatilidad económica”, agregó el IMCO.

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