Ocho mujeres faenan bajo el sol en una ciénaga de una reserva estatal de la península de Yucatán, en el sur de México. Mientras dos de ellas empujan una barca de madera cargada con pesados sacos de barro y sedimentos, el resto se divide en parejas que montan las tarquinas, unas mallas tejidas a mano por las mayores del grupo…”

Así presenta el el periódico español “El País” amplio reportaje sobre un proyecto, prácticamente artesanal, aplicado desde hace 13 años y con la meta puesta en la construcción de una barrera de manglares para proteger su comunidad contra algunos de los erosionantes efectos de los huracanes.

Con mucha paciencia, este grupo de 18 mujeres de entre 27 y 84 años levanta una barrera de manglares en la costa de Chelem que está ayudando a la recuperación de ecosistemas que se habían perdido por la degradación ambiental y el desarrollo urbanístico.

Los bosques de mangle que ayudan a restaurar las chelemeras tienen además la capacidad de frenar el aumento del nivel del mar, especialmente cuando golpean los huracanes, y capturar grandes cantidades de dióxido de carbono.

“Aquí, cuando nos metemos, no sabemos mucho del mundo”, suelta despreocupada en medio de la ciénaga Keila Vázquez, de 43 años, la líder de las chelemeras que cada mañana se reúnen al lado de la pista de canotaje de Progreso continuar con la faena iniciada hace casi tres lustros.

Las chelemeras han conseguido restaurar más del 60% de la reserva estatal de ciénagas y manglares de la costa norte de Yucatán, según estima la bióloga Claudia Teutli, doctora en ciencias y tecnología del medio ambiente de la Escuela Nacional de Estudios Superiores de Mérida ha acompañado el proceso de las mujeres.

Las chelemeras llegaron a los manglares de casualidad. Antes, dicen, ni siquiera eran conscientes de la importancia que tenían para la biodiversidad y vivían de espaldas a ellos. Cuando las autoridades locales hicieron una convocatoria en 2010 para ofrecer una nueva oportunidad de trabajo restaurándolos, buscaban matrimonios de pescadores.

Ellas decidieron dar un paso al frente. Hoy no solo han logrado sacar adelante un poderoso proyecto, sino que en ocasiones, en las épocas de veda de pesca o cuando baja la captura, son incluso las que más dinero llevan a casa.

Las chelemeras no son el único proyecto exitoso de regeneración de manglares en la costa norte de Yucatán. Hay otros en localidades costeras como Celestún, Dzilam o Sisal que han llevado a cabo procesos similares, pero este es el único grupo que está conformado solo por mujeres y se ha convertido en un referente en la zona.

Las chelemeras no son el único proyecto exitoso de regeneración de manglares en la costa norte de Yucatán. Hay otros en localidades costeras como Celestún, Dzilam o Sisal que han llevado a cabo procesos similares, pero este es el único grupo que está conformado solo por mujeres y se ha convertido en un referente en la zona.

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