¿Cómo han logrado las estructuras Mayas soportar el paso del tiempo y el duro clima tropical? Según parece esto ha ocurrido copiando a la naturaleza.

Recientes investigaciones, publicadas por la agencia española EFE, señala que a diferencia de otras culturas que usaron arena volcánica y calentamiento de sus morteros, los mayas fabricaban un mortero similar al cemento romano. Otras teorías dicen que empleaban la corteza de algunas plantas para obtener un material de resistencia extraordinaria.

Un estudio dirigido por Carlos Rodríguez Navarro, catedrático del Departamento de Mineralogía y Petrología de la Universidad de Granada, demuestra que el material ligante a base de cal desarrollado por los mayas para construir sus templos y bajorrelieves en Mesoamérica contenía savia de dos plantas endémicas del continente: el chukum y el chaká.

En la investigación, cuyos detalles se publicaron ayer en la revista “Science Advances”, el equipo de Rodríguez Navarro recogió muestras de enlucido de cal y estuco de Copán, habitado de 540 a 850 antes de Cristo, y analizó sus propiedades.

“Identificamos restos de este tipo de compuesto orgánico en el estuco, lo replicamos en el laboratorio y obtuvimos un material con las mismas características y las mismas propiedades fisicomecánicas que los antiguos morteros mayas, y demostramos que los mayas usaron esta tecnología para fabricar el material ligante de sus construcciones”, explica Rodríguez Navarro.

El proceso es sencillo: al sumergir las cortezas del chukum y del jiote en agua, aquéllas sueltan una sustancia rica en polisacáridos.

Y es que ese “jugo” orgánico, unido al carbonato cálcico, transforma la mezcla “en un material extraordinariamente resistente parecido a los biominerales, como la calcita y el carbonato cálcico que encontramos en las conchas de un mejillón, por ejemplo, que son muchísimo más resistentes que el mismo material creado por precipitación inorgánica, es decir, cuando no hay un ser vivo que genera ese carbonato cálcico”, señala.

Ése fue el secreto de los mayas: imitar a la naturaleza para generar un material con unas propiedades mejoradas y extraordinariamente resistente de forma artificial, lo que se denomina biomimética.

El hallazgo podría ser útil para la conservación del patrimonio y la creación de materiales de construcción sostenibles.

“En muchas restauraciones de monumentos o edificios históricos se ha visto que el uso de materiales y cementos actuales no es compatible con las estructuras antiguas, pero este material podría ser una alternativa para la reparación artística de monumentos. Las posibilidades son enormes”, concluye el investigador

“En muchas restauraciones de monumentos o edificios históricos se ha visto que el uso de materiales y cementos actuales no es compatible con las estructuras antiguas, pero este material podría ser una alternativa para la reparación artística de monumentos. Las posibilidades son enormes”, concluye el investigador.

El hallazgo podría ser útil para la conservación del patrimonio y la creación de materiales de construcción sostenibles. “En muchas restauraciones de monumentos o edificios históricos se ha visto que el uso de materiales y cementos actuales no es compatible con las estructuras antiguas, pero este material podría ser una alternativa para la reparación artística de monumentos. Las posibilidades son enormes”, concluye el investigador

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