El 53 % de los mayores lagos del mundo están en declive y almacenan menos agua que hace tres décadas, según un estudio que publica la revista Science. Estos depósitos naturales contienen el 87 % del agua dulce líquida superficial de la Tierra. Además, proporcionan servicios ecosistémicos esenciales y son un componente clave de los procesos biogeoquímicos mundiales.
Según los autores, liderados desde el instituto CIRES de la Universidad de Colorado en Boulder (EE UU), este decrecimiento se debe principalmente al cambio climático –por el aumento de las temperaturas y la reducción de los caudales que provocan la evaporación–, el consumo humano y la sedimentación en los embalses.
“Se trata de una especie de ‘desastre progresivo’, ya que se produce a lo largo de años y décadas. El resultado de la sedimentación, por ejemplo, será que los embalses podrán almacenar menos, con lo que serán menos fiables para el suministro de agua dulce y energía hidroeléctrica, sobre todo en países con embalses bastante antiguos”, dice a SINC Fangfang Yao.
El estudio se centró en el almacenamiento de agua en lagos y embalses con datos de nueve satélites diferentes utilizando una técnica innovadora para reconstruir los datos de almacenamiento de agua en el pasado. Con esta nueva metodología, los autores pretenden dar a los gestores del agua y a las comunidades una idea de cómo proteger mejor estas fuentes de agua, fundamentales para los ecosistemas regionales. Además, proporcionan un mapa interactivo con las tendencias y controladores del almacenamiento mundial del agua de los lagos.
Entre las masas de agua estudiadas se encuentran 17 lagos peninsulares, 13 de ellos en territorio español. “Aproximadamente la mitad (entre el 40 % y el 60 %) de los grandes lagos de la península ibérica estaban perdiendo agua. En general, los lagos de Europa occidental están en declive. Pero dos embalses recientemente llenados, los lagos Baixo Sabor y Alqueva, en Portugal, muestran un aumento del almacenamiento de agua. El lago Alarcón, en España, también muestra un aumento del almacenamiento de agua”, puntualiza el investigador.
Los resultados del trabajo subrayan la importancia de tener en cuenta estos efectos en las futuras estrategias de gestión de los recursos hídricos superficiales. Las actividades humanas directas, como la construcción de presas y el consumo de agua, así como el actual cambio climático, amenazan cada vez más estos recursos hídricos esenciales.
Las actividades humanas, como la construcción de presas y el consumo de agua, junto al cambio climático, amenazan estos recursos hídricos esenciales
“Si el consumo humano es un factor importante en la disminución del almacenamiento de agua de los lagos, entonces podemos adaptarnos y explorar nuevas políticas para reducir la disminución a gran escala”, concluye.

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