Las luces durante la noche vienen siendo foco de estudios para comprender su incidencia en nuestro buen dormir. Sin embargo, en una reciente muestra realizada por investigadores en China los especialistas informan que las luces artificiales nocturnas, aún al aire libre, alteran el reloj biológico afectando así el control del azúcar en la sangre.
De acuerdo con el estudio, aquellos expuestos a la mayor cantidad de luz tenían un 28% más de probabilidades de desarrollar diabetes. “A pesar de que más del 80% de la población mundial está expuesta a la contaminación lumínica durante la noche, este problema ha recibido una atención limitada por parte de los científicos hasta los últimos años”, señala Zhiyun Zhao, especialista del Centro Nacional de Investigación Clínica de Shanghái para Enfermedades Metabólicas.
Cada vez hay más pruebas de que los estilos de vida de 24 horas los 7 días a la semana están causando estragos en la salud humana al interferir con la producción de melatonina. La hormona cerebral natural ayuda a regular los ritmos circadianos y la protección del cuerpo contra las enfermedades.
La exposición crónica a la luz artificial exterior residencial mostró un vínculo con un aumento en los niveles de glucosa, resistencia a la insulina y prevalencia de diabetes.
Los investigadores asignaron a los participantes un nivel promedio de exposición a la luz artificial exterior para esa ubicación utilizando imágenes satelitales. Se dividieron en cinco grupos, de mayor a menor. En promedio, por cada 42 personas que vivían en las regiones con mayor exposición a la luz, había 1 caso más de diabetes. Su naturaleza global queda ilustrada por el hecho de que más del 99% de las personas en los EE. UU. y Europa viven bajo cielos con contaminación lumínica.
No solo se ven afectados los residentes de las grandes ciudades, sino también los de áreas distantes, como los suburbios y los parques, a cientos de millas de las fuentes de luz.
El ciclo día-noche de 24 horas de la Tierra ha dado como resultado que la mayoría de los organismos, incluidos los humanos, tengan un sistema de cronometraje circadiano incorporado. Se adapta a la secuencia natural de períodos de luz y oscuridad. Se ha descubierto que la contaminación lumínica altera el ritmo circadiano de insectos, pájaros y otros animales, lo que resulta en muerte prematura y pérdida de biodiversidad.
Los autores concluyen que “se necesitan más estudios que involucren la medición directa de la exposición individual a LAN para confirmar si su relación con la diabetes es causal”. Aunque la señalan como una causa potencial de desregulación metabólica, al alterar el momento de la ingesta de alimentos.

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