Sueños. Emociones profundas y complejas. Recuerdos vívidos de eventos pasados. Todos estos son procesos que puede digerir el cerebro de los pulpos. Un estudio reciente publicado en Cell registró por primera vez los indicios del funcionamiento de la mente de estos animales marinos.
A partir de implantes de electrodos en un entorno controlado de laboratorio, los investigadores lograron registrar ondas eléctricas en el cerebro de los pulpos que se asemeja mucho a la actividad nerviosa de los humanos. Todo quedó registrado en una serie de grabaciones, que los investigadores compararon con la actividad cerebral de otros mamíferos sensibles. Esto fue lo que encontraron.
De acuerdo con la información publicada en el portal de National Geographic, un equipo de investigadores de la Universidad de Nápoles (Italia), el cerebro de los pulpos se ha desarrollado tanto, que les permite camuflarse, crear armas y construir sus propias casas —incluso con la basura que contamina las playas.
Aunque de que se han documentado estas habilidades, el cerebro de los pulpos es difícil de analizar. Sobre todo, porque son lo suficientemente astutos como para quitarse los dispositivos de rastreo si les molestan.
Aún así, los autores del estudio idearon una técnica no-invasiva, que les permitió registrar la actividad cerebral de estos cefalópodos. Resultó ser, según Tamar Gutnick, la autora principal del estudio, que la actividad cerebral de los pulpos tiene patrones similares a las de los mamíferos.
Específicamente, a nivel del hipocampo, el centro de la memoria compleja debido a la observación de patrones únicos, actividad de 2 Hertz, que nunca se informaron en otros animales, explica la especialista.
Los investigadores todavía no saben exactamente para qué sirven estas frecuencias. Sin embargo, también encontraron ondas cerebrales conocidas por controlar los ciclos de sueño y vigilia en otros animales.
«En los vertebrados, esta es la clave para encontrar patrones en la actividad cerebral que nos ayuden a comprender cómo el cerebro coordina el comportamiento«, concluye la especialista.
