Cada vez son más las grandes ciudades de Estados Unidos que permiten a los usuarios del transporte público subir de forma gratuita.
La eliminación de las tarifas da un impulso muy necesario al número de usuarios, elimina la carga de los costos, especialmente para los viajeros con salarios más bajos, y reduce los tiempos de embarque en las paradas. Sus defensores también esperan que obligue a más personas a dejar el automóvil y utilizar el transporte público.
Pero muchos investigadores, funcionarios y defensores del transporte público afirman que la supresión de las tarifas no aborda el grave estado de los sistemas de transporte público en Estados Unidos y desvía los escasos recursos de prioridades más urgentes: el servicio y la calidad del transporte público.
El primer programa de transporte público gratuito en Estados Unidos se inició en la década de 1970, pero el concepto ha recibido un impulso en los últimos años, cuando las zonas urbanas recurren al transporte público para reducir las emisiones de carbono y mitigar la desigualdad.
Al menos 35 agencias estadounidenses han eliminado las tarifas en toda su red, según la American Public Transit Association.
Esta iniciativa se produce en un momento en que el número de usuarios de todo el país sigue siendo escaso después de que la gente pasara a trabajar desde casa durante la pandemia.
Los defensores de la gratuidad afirman que las agencias de transporte deben reducir su dependencia de las tarifas, que fluctúan y suponen la mayor carga financiera para los usuarios con rentas bajas.
Alrededor de dos tercios de los ingresos de las agencias de transporte proceden de las administraciones públicas.
“El transporte público es lo mismo” que otros bienes públicos, como escuelas, parques y bibliotecas, sostienen autoridades entrevistadas como parte del reportaje publicado por la cadena estadounidense CNN.
Los partidarios de la gratuidad también esperan que la reducción de las tarifas mejore la congestión, las emisiones de carbono y la contaminación acústica de los autos, al conseguir que más conductores utilicen el transporte público. Pero los resultados de las ciudades europeas muestran pocas pruebas de que se consigan estos objetivos.
“Al ofrecer transporte público gratuito, en realidad no estamos atrayendo a un gran número de conductores”, afirma Mohamed Mezghani, secretario general de la International Association of Public Transport. Estudios realizados en ciudades europeas han demostrado que la eliminación de las tarifas atrae viajes de personas que de otro modo habrían ido a pie o en bicicleta, así como viajes adicionales de usuarios del transporte público.
