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¿Qué son los eventos súper emisores y por qué es tan importante controlarlos para el futuro del planeta?


Cuando hablamos sobre el calentamiento global, todos los dedos suelen apuntar a un mismo culpable: el dióxido de carbono, un gas que producimos cuando quemamos combustibles fósiles como el carbón, el petróleo y el gas.
De acuerdo con la agencia británica BBC, un Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático más de un cuarto del llamado «efecto invernadero» es causado por otro gas: el metano.
Quizás has escuchado hablar sobre el problema medioambiental que generan las vacas cuando eructan. Bueno, eso es metano, el principal componente del gas natural, que se produce por la descomposición o putrefacción de la materia orgánica.
Aunque lo de las vacas puede sonar un tanto gracioso, lo cierto es que el metano preocupa bastante a los expertos porque es un gas muchísimo más dañino para nuestro medio ambiente que el dióxido de carbono.
Por eso el IPCC señaló que para lograr el objetivo de limitar el calentamiento global a no más de 2Cº en comparación con la era preindustrial, debemos urgentemente reducir en al menos un tercio las emisiones de metano, una meta a la que se comprometieron 121 países en la Conferencia de Cambio Climático en Glasgow, en 2021.
Pero los eructos de las vacas no son el único desafío para lograr esta meta, sino lo son los superemisores, que son equipos, instalaciones u otras infraestructuras que padecen fugas masivas de metano.
Un estudio liderado por el científico Thomas Lauvaux del Laboratorio de Ciencias Ambientales y del Clima de la Universidad de Saclay, estimó que entre 2019 y 2020 los superemisores liberaron cerca de 8 millones de toneladas métricas de metano al año durante la producción de petróleo y gas.Eso equivale a entre el 8% y el 12% de las emisiones globales anuales de metano.
Los expertos en combatir el cambio climático no solo se han enfocado en reducir las emisiones de metano debido a que es mucho más dañino que el C02. También lo pusieron como meta porque sería la solución más rápida.
Esto se debe a que un aspecto positivo del CH4 es que tiene una vida atmosférica mucho más corta que el dióxido de carbono. Por ello, si se logra frenar las emisiones de este gas, en poco más de una década deberíamos ver un cambio muy positivo.
«El metano es un factor determinante clave de la velocidad a la que se calienta el planeta», explica Ferrini. «El dióxido de carbono determina la cantidad total de calentamiento, pero el metano dicta qué tan rápido ocurre el calentamiento de nuestro planeta».

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