El sitio arqueológico de Chichén Itzá, ubicado al norte de la península de Yucatán, en México, fue en su día una de las más extensas y grandiosas ciudades de la antigua civilización maya.
Chichén Itzá se encuentra al norte de los centros cívico-ceremoniales que se extendieron por las selvas del sureste de Mesoamérica entre los siglos V a.C. y XV d.C. La metrópoli fue el centro del poder político desde el hundimiento de la cultura clásica maya entre los siglos IX y X hasta mediados o finales del siglo XIII.
De acuerdo con reportaje publicado en el portal de la revista “National Geographic”, se indica que hace años que los arqueólogos llevan a cabo trabajos de excavación que han ido sacando a la luz elementos de enorme importancia y que han contribuido a arrojar nueva luz sobre cómo era la vida en la gran urbe yucateca.
Es el caso del último hallazgo, del que ha informado en una conferencia de prensa el director general del Instituto Nacional de Antropología e Historia de México (INAH), Diego Prieto Hernández. Se trata de un atlante, una escultura antropomorfa que probablemente formó parte de un altar ceremonial.
La escultura, que ha sido localizada durante unos trabajos de trazado y prospección del camino que conducirá al área arqueológica conocida como Chichén Viejo o Serie Inicial, mide unos noventa centímetros de altura y representa a un personaje masculino con los brazos levantados, en actitud de sostener algo. El atlante va tocado con una cinta y lleva un pectoral de jade, orejeras y brazaletes.
Según Prieto Hernández, por su tamaño, este tipo de esculturas formaban parte de altares, en los que sostenían bloques de piedra esculpidos en forma de mesa, elementos que se situaban en las estructuras ceremoniales.
Asimismo, el director del INAH ha manifestado que el estilo de la escultura vincula a la cultura maya de Chichén Itzá con las del centro y noroeste de México entre los años 800 y 1200 d.C., lo que confirmaría que habría existido una base cultural común entre estas regiones durante el período Clásico Tardío y el Posclásico Temprano.
Este hallazgo demostraría, así, que Chichén Itzá mantenía unos estrechos vínculos con la población que vivía en el altiplano mexicano.
Prieto Hernández presentó también un informe sobre los recientes descubrimientos en la zona arqueológica de Palenque, la gran ciudad maya de Chiapas, como los llevados a cabo en el Templo de la Cruz Foliada, que han confirmado que el edificio es anterior al año 600 d.C.
Los trabajos arqueológicos en Palenque también sacaron a la luz diversas vasijas, una de las cuales contenía los restos óseos de recién nacidos. Según el director podría tratarse de una ofrenda que simbolizaría la vida floreciente. En el informe también se recoge el hallazgo de más de 70 tumbas en la primera necrópolis de la ciudad, un taller y diversas ofrendas rituales.

A %d blogueros les gusta esto: