En España, la energía solar ha ganado una enorme popularidad, con un número creciente de personas optando por instalar placas solares fotovoltaicas en sus hogares para reducir las facturas de energía.
Sin embargo, esta tendencia podría cambiar con la creación de un innovador vidrio que no solo genera más energía solar sino que también puede producir hidrógeno. Este avance proviene de investigadores de la Universidad Ludwig Maximilians de Múnich, Alemania, liderados por el profesor Emiliano Cortés.
En lugar de depender de grandes parques solares o espejos gigantes, el equipo de científicos se adentró en el nanocosmos, creando nanoestructuras plasmónicas de alto rendimiento. Estas nanoestructuras, un supercristal, establecen un récord mundial en la producción ecológica de hidrógeno mediante la utilización de la luz solar.
El hidrógeno es un componente crucial en la transición energética, y este avance abre nuevas posibilidades dentro de la tecnología fotovoltaica.
El enfoque del equipo se centra en capturar y utilizar la energía solar de manera más eficiente a nivel molecular. Utilizando nanoestructuras plasmónicas, que incluyen oro, crean un fenómeno especial donde la luz visible interactúa fuertemente con los electrones del metal, generando una resonancia que permite captar más luz solar y convertirla en electrones de alta energía.
Estos electrones impulsan reacciones químicas de manera eficiente, siendo el platino utilizado como catalizador en el proceso.
Este vidrio revolucionario utiliza dos metales diferentes a nanoescala, aprovechando la capacidad del oro y otros metales plasmónicos para concentrar la energía solar.
La disposición ordenada de partículas de oro crea «puntos calientes», que permiten colocar nanopartículas de platino, mejorando así la absorción de la luz solar para las reacciones químicas.
Este innovador enfoque ha llevado a un récord mundial de producción de hidrógeno, alcanzando una tasa de 139 milimoles por hora y por gramo de catalizador.
Los investigadores han patentado este desarrollo, destacando su potencial para aplicaciones industriales y la posibilidad de abordar otras problemáticas, como la conversión de dióxido de carbono en sustancias útiles.
Este avance no solo puede cambiar la forma en que se genera la energía solar, sino también contribuir significativamente a la reducción de emisiones y al impulso de tecnologías más sostenibles en España y más allá.

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