“El estrés es un mecanismo que nos mantiene alerta y nos estimula psicológicamente para enfrentarnos a los problemas.

Aumenta la creatividad, nos impulsa a tomar la iniciativa y a que respondamos eficientemente ante situaciones cotidianas”, aclara Ana Ávila, directora de Seguridad, Salud y Bienestar de Mahou San Miguel.

De hecho, añade Pilar Jericó, presidenta de Be-Up, “un punto de estrés en nuestra vida es saludable porque mantiene alta la atención y aumenta la productividad.

En el mundo laboral el estrés se convierte entonces en un asesino silencioso que paraliza al profesional. Antonio Gutiérrez, coach de salud de TISOC Coaching, recuerda que “una mayor auto exigencia en el trabajo o la presión excesiva de los directivos provoca un aumento de la tensión psicoemocional”. Se produce entonces un desbordamiento emocional en la persona, cansancio mental y ansiedad.

Los profesionales declararon al periódico El País que un correo electrónico o una llamada telefónica pueden ser el detonante de una crisis. ¿Cómo se combate? “Por un lado, aprendiendo a gestionar los pensamientos generadores de ansiedad y reeducando los patrones de conducta, y, por otro, identificando los factores desencadenantes.

Los compañeros y jefes tóxicos también son un peligroso acelerador de esta dolencia. “El estrés es contagioso”, señala Pilar Jericó. Por esta razón, esta especialista recomienda elegir cuidadosamente las conversaciones en las que se participa en el trabajo.

Pero si el estrés es devastador para la salud de las personas, también puede poner en serios aprietos a las empresas. “Tener empleados estresados significa duplicar los días de baja de la plantilla”, alerta José María García, director de Capital Humano y Beneficios de Willis Towers Watson. Y no se trata únicamente de los síntomas físicos; a nivel emocional el trabajador también se ve seriamente afectado, lo que se traduce en una merma en su rendimiento.

Con el objetivo de frenar el estrés de sus empleados, cada vez más empresas ponen en marcha los llamados programas de bienestar que persiguen fomentar una cultura de hábitos saludables dentro de la compañía. “Se trata de crear entornos agradables para el trabajo y que posibiliten una gestión inteligente del estrés para así evitar la necesidad de un tratamiento médico”. Los especialistas dicen que hay una relación directa entre el bienestar físico y la productividad. Los empleados que practican una actividad física de forma habitual tienen mayor resistencia y están más capacitados para gestionar situaciones de estrés laboral”.

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